La ciudad capital de la provincia de Santiago de Cuba, de igual nombre, fue fundada por Diego Velázquez en 1515, junto a la desembocadura del río Paradas; poco tiempo después fue trasladada al lugar en que se encuentra actualmente. En 1520 se construyó su catedral, que al cabo de seis años fue destruida por un incendio. Durante la primera mitad del siglo XVI, Santiago de Cuba fue la capital del país y residencia oficial de los gobernadores españoles, hasta que a partir de 1553, La Habana ocupó ese lugar. Su primera actividad económica fue la búsqueda de oro, que pronto se agotó. El descubrimiento de yacimientos de cobre posibilitó la explotación de la primera mina de ese mineral en Cuba: en la zona de El Cobre, cercana a la ciudad. Santiago de Cuba fue objeto de la codicia de piratas y corsarios que con frecuencia la asaltaban. El más famoso de sus atacantes fue el francés Jacques de Sores. Para protegerse de tales saqueos, las autoridades iniciaron en 1633 la construcción de un sistema defensivo en torno a la urbe. La batería de la Socapa, el castillo de la Estrella y el de San Pedro de la Roca (actualmente conocido como el Morro), han sobrevivido hasta nuestros días. Este último, en 1997, fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
Santiago de Cuba, además ostenta orgullosamente el título de Ciudad Héroe de la República de Cuba. Varios hechos relevantes de nuestra historia ocurrieron en este escenario, y el más importante ocurrió el 26 de julio de 1953. Ese día un grupo de jóvenes con Fidel Castro al frente, tomaron las armas y asaltaron el Cuartel Moncada, acción que marcó el comienzo de la etapa decisiva en la lucha por la liberación nacional.
Son muchos los lugares de esta ciudad donde el visitante puede conocer acerca de nuestra historia y sus protagonistas. Uno de los más importantes sin duda, es el monumento funerario del cementerio de Santa Ifigenia, donde reposan los restos mortales del Héroe Nacional, José Martí.