Aunque no es sino hasta 1968 que Las Terrazas es bautizada como proyecto comunitario de desarrollo sostenible, la zona posee una historia que data de años precolombinos.
Los primeros habitantes de la zona han sido identificados como grupos mesolíticos, particularmente aborígenes Ciboneyes Preagroalfareros. Estos grupos poseían un grado de desarrollo socioeconómico relacionado con la economía de apropiación (apropiación de las reservas de la naturaleza para la supervivencia), posteriormente dominaron la caza, la pesca y el fuego. Los aborígenes de la zona vivían en cavernas, conservándose aún muchas de sus obras pictográficas rupestres.
A partir de principios del siglo XVIII se establecen en el área varios descendientes de canarios y peninsulares dedicados específicamente al cultivo del Tabaco Corojo, variedad endémica caracterizada por tener una hoja grande exquisíta para la envoltura final del habano. La poca remuneración de esta labor unido a la implantación de la Ley del estanco del tabaco (los vegueros sólo podían vender la hoja a España a precios ridículos), determinaron la ausencia total de la evolución económica en la zona.
A comienzos del siglo XIX llegan a la zona los primeros hacendados franceses, fomentándose entónces una importante economía cafetalera de la cual son testigo más de 50 ruinas de grandes haciendas dedicadas al cultivo de este codiciado grano. La más importante de ellas fue la llamada Buena Vista, rescatada totalmente de sus ruinas y convertida en un placentero restaurante desde el cual se tiene una magnífica vista de la Sierra del Rosario.
Con el triunfo de la Revolución Cubana comienza el plan de desarrollo para la Sierra del Rosario, quedando fundada la Comunidad de Las Terrazas como prueba viviente de desarrollo sostenido. La comunidad fue estructurada como una ciudad en miniatura y enclavada en un estrecho valle a las orillas del Lago San Juan. De gran valor arquitectónico, fue diseñada teniendo en cuenta el diálogo de las edificaciones con el hermoso paisaje y su relieve, y considerando las instalaciones básicas necesarias para su completo funcionamiento urbano.
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